domingo, 9 de febrero de 2014

El Mejor Accidente

Circunstancias en las que la vida te juega una mala pasada hay muchas, pero cuando se acumulan una detrás de la otra, llegas a pensar que siempre seguirá siendo igual. Te haces a la idea de que tal vez tu destino es seguir viviendo de esa manera, con solo el amor o cariño de tus familiares, tus amigos; el respeto de la gente con la que trabajas y finalmente continuar tu vida solo. Así fue como yo viví este último año.

Haciéndome a la idea de que mi vida seguiría siendo igual decidí enfocarme en mis estudios y prohibirle la entrada al amor, a una nueva relación, a un nuevo intento en mi vida. Así comenzó mi año 2014, y tratando de adaptar esa idea a mi “nuevo tipo de vida” comencé a ignorar cualquier señal que se presentara, evadiendo miradas, charlas y cualquier otro signo, que indicara la posibilidad de volver a empezar con el ritual de buscar compañía.

Casi culminando el primer mes de año, sucedió algo inesperado, por accidente o casualidad se apareció alguien en mi vida, llego sola a la puerta de mi casa, anunciándose con esa sonrisa que la caracteriza. Al principio seguí con mi nuevo plan y solo actué como si nada pasara, pero después de unos minutos las cosas comenzaron a cambiar.

Llamo mi atención su sonrisa seña característica de aquella mujer extraña que había entrado por mi puerta y rápidamente las luces rojas de alerta, comenzaron a parpadear y casi inmediatamente puse en marcha el plan de contingencia. Cual sería mi sorpresa al ver que dicho plan no surtió efecto, las cosas que hice no daban resultado y aquella sonrisa encantadora comenzaba a quedar grabada en mi mente.

Aquella noche no termino del todo bien, pero yo seguía con esa sonrisa en mente. La noche siguiente me decidí a obtener su número de teléfono y contactarla, lo obtuve mas no hubo respuesta, de tal manera que pensé, déjalo ir y vuelve a tu plan de vida. Pero a la mañana siguiente hubo respuesta, y a partir de ese momento supe que no quería dejarla ir.

Aún es muy poco el tiempo que ha transcurrido, pero sé y siento que las cosas van tomando su curso de una extraña manera con el fin de que todo vaya bien entre nosotros. Lo más raro de todo esto es que este sentimiento es correspondido y ella así me lo ha hecho saber. 

Pasamos una tarde juntos y quede maravillado con la química, la compatibilidad, la comunicación, las risas, las charlas y todo lo que se suscitó esa tarde, parece increíble, así como salido de uno de los libros de historias de fantasía o alguna película de Walt Disney, pero ¿adivinen qué? Es real… 

Les daré su nombre Monserrat León y como resultado de este accidente ¡no he dejado de sonreír!
Ella, es quien me mantiene sonriendo! :)

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